Mi primer acercamiento con Ray Bradbury no fue a través de Crónicas Marcianas o Fahrenheit 451, fue con el Árbol de las brujas, un cuento sobre las diferentes festividades en torno al día de muertos que, en mi opinión, vale mucho la pena leer por su contenido histórico.
La historia comienza con un grupo de amigos que quieren disfrutar Halloween en una ciudad del Medio Oeste de Estados Unidos, y que se atreven a ir hacia la casa más lejana y embrujada del pueblo donde encontraran un peculiar guía que los llevara a una aventura inesperada.
Y vaya que la historia es inesperada, Bradbury logra llevarnos por todo el mundo, ya sea volando en una escoba, o en una cometa para enseñarnos y sobre todo concientizarnos sobre el significado que para muchas culturas antiguas la muerte, la noche y lo tenebroso representaban para sus seguidores.
Es interesante la manera en que la palabra “bruja” queda plasmada, siendo ingenio e inteligencia su significado, pero también los peores defectos que una persona podía poseer. Durante diferentes momentos históricos las brujas y brujos fueron perseguidos, torturados y asesinados tan solo por su conocimiento; el autor nos lo explica en esta cita, mi favorita: “De modo que cualquier hombre, cualquier mujer, con medio cerebro y ganas de saber algo, tenía aptitudes, ¿eh? Y así a cualquiera demasiado despierto, que no se ocultaba bastante lo llamaban…- ¡Brujo! “
El Árbol de las brujas nos muestra el sufrimiento de pueblos antiguos al tratar de continuar con sus raíces, dioses y tradiciones, muchas de ellas muriendo en el intento. Nos damos cuenta que, todas las religiones actuales tienes similitudes extraídas de las diferentes sociedades antiguas y como se establecieron de manera paralela durante el paso de la historia.
Al llegar a nuestro México lindo y querido, se muestra la fiesta más fiel y maravillosa de todas, el Día de Muertos. Con muchas calaveras de azúcar, los protagonistas no solo descubren lo hermoso de la tradición, además, se dan cuenta del significado que los muertos tienen para el pueblo mexicano. Nunca se esta solo, siempre se esta con esa persona que desde el más allá viene a compartir contigo una noche.
En definitiva, este libro te deja reflexionando sobre el pasado y tus antepasados por igual. Para una sociedad es un regalo poder continuar con sus tradiciones y contribuir a que no perezcan en el olvido, pasando de generación en generación.
Este libro se lee con paciencia, puede ser para quienes quieran leer más títulos del autor, o como yo, comenzar a leerlo. A pesar de ser un cuento corto es conveniente tener a Google cerca para encontrar el significado de algunas palabras que, al menos, en México no son tan comunes y que podrían ayudarnos a entender mejor las aventuras de estos chicos.