La Sonata del Diablo de Oscar de Muriel

La Sonata del Diablo de Oscar de Muriel

Se dice que, el violín es el instrumento del diablo; no por nada, en la mayoría de las representaciones medievales, se encuentra tocando un violín. Y eso no es todo, a lo largo de la historia han surgido leyendas de músicos que deciden vender su alma al diablo, para convertirse en los violinistas más virtuosos del mundo. Uno de los más grandes ejemplos de esto es Nicolo Paganini, considerado el mejor violinista de la historia; y, otro ejemplo es Giuseppe Tartini, otro de los más grandes músicos que ha visto la humanidad, y quien escribió La Sonata del Diablo (el trino del Diablo), una pieza tan complicada, que solo el mismísimo diablo podría tocarla.

Es una paradoja —me dijo sir Charles sombríamente— que algunas de las mentes más brillantes y nobles tengan que batallar toda la vida, sólo para mantener en línea a la escoria de la humanidad… esos parásitos sin escrúpulos o cerebro que sólo viven para chupar la sangre de la sociedad como sanguijuelas. Y al final, incluso si nuestra labor es excelente, el mundo no habrá ganado nada… sólo la oportunidad de seguir girando con sus muchos otros problemas.

1888, el año en el que Jack el Destripador aterraba Londres, con sus tétricos asesinatos. Ese mismo año, en la ciudad escocesa de Edimburgo, un prodigioso violinista fue asesinado de una manera brutal. El hombre no solo fue asesinado, sino que su abdomen fue mutilado y sus intestinos fueron extirpados. La policía de Edimburgo estaba consternada. ¿Acaso había surgido un imitador de Jack el Destripador en Escocia? Lo curioso fue que, el hombre había sido asesinado justo después de encerrarse en su habitación para tocar frenéticamente su violín. No había indicios de que hubieran forzado la entrada al lugar, la ventana estaba cerrada y, por si fuera poco, en el piso encontraron un símbolo usado para invocar al demonio.

Ei. Pues bien, se dice que Paganini no usaba cuerdas de tripa de cabra… sino de humanos —mi mente se volvió un remolino ante esas palabras, y de pronto el crepitar del fuego me pareció mucho más intenso—. Y no de cualquier persona —agregó McGray—, sino de sus amantes.

Temiendo un nuevo escándalo mediático que pudiera aterrar al Reino Unido, el primer ministro designó al detective Frey a la subdivisión del Inspector McGray, misma que se dedicaba a investigar apariciones y otros fenómenos paranormales. El detective Frey, un hombro culto y con mucha clase y educación, y Adolphus “Nueve-Uñas” McGray, uno de los más excéntricos detectives de todo el reino, deberán investigar la misteriosa muerte del violinista destripado.

La idea de una existencia inútil, de pasar por el mundo como una brisa inadvertida, era un pensamiento tan insoportable que a veces no me dejaba dormir.

La investigación de Frey y McGray los llevará a revivir las leyendas de Tartini y Paganini, así como a adentrarse en el mundo del ocultismo y lo paranormal con el objetivo de descubrir quién o qué fue capaz de cometer un crimen tan atroz y siniestro como el de aquel violinista. Todo, mientras luchan con dos personalidades (y cosmovisiones) radicalmente diferentes; mismas que podrían llegar a complementarse o estorbarse, creando situaciones más que divertidas.

Buscó en su bolsillo y encontró la nota arrugada; apenas unas cuantas líneas emborronadas, pero que incluían las palabras demente, mutilado, muertos… y los nombres de cada miembro de la familia McGray. ¿Cómo podía un papel tan pequeño albergar un mensaje tan devastador?

La Sonata del Diablo, de Oscar de Muriel, es una intrigante y divertida novela te atrapará desde los primeros párrafos, adentrándote en el Reino Unido de Jack el Destripador. Una historia llena de intrigas paranormales y asesinatos que te recordará las investigaciones de Sherlock Holmes, pero con el gran humor de los inspectores Frey y McGray. Sin duda, una excelente opción para olvidarte de todos los problemas y el estrés de este año, mientras te dedicas a resolver uno de los más grandes misterios de Edimburgo.

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