Moshi Moshi, de Banana Yoshimoto

Moshi Moshi, de Banana Yoshimoto

El papá de Yoshie murió en un extraño pacto suicida con una mujer desconocida. Los encontraron en el carro, a orillas del bosque, ahogados por dióxido de carbono. Poco después del funeral, Yoshi se mudó a un pequeño departamento en el Shimokitazawa, uno de los barrios más concurridos por los turistas y hipsters de Tokyo. Un barrio lleno de restaurantes, tiendas, cafés y vecinos amigables que te saludan al pasar. El departamento queda a solo unos pasos de Les Liens, el bistró donde Yoshi pasaba todo el día ayudando en todo lo que se necesitara.

Cuando comenzamos algo nuevo, al principio está muy embarrado y nublado.

Pero, a pesar de sus intentos para superar el dolor, Yoshie sigue siendo perseguida por la misteriosa muerte de su padre. Noche a noche es acosada por pesadillas en las que su padre la llama buscando el teléfono que olvidó el día de su muerte. ¿Acaso su padre estará tratando de comunicarse con ella? Poco a poco, la joven empieza a adentrarse en una búsqueda por la verdad, tratando de entender el extraño pacto suicida, ayudándola a superar su dolor.

Qué consuelo era, pensé, escuchar a alguien poner en palabras algo que estabas a punto de comprender.

En Moshi Moshi la escritora japonesa, Banana Yoshimoto, retoma una tragedia y la convierte en una emotiva historia de fantasmas, de aquellos fantasmas del pasado que nos buscan para ayudarnos a continuar con nuestra vida; recuerdos dolorosos que conforman nuestro presente y nuestro futuro. Una historia obscura, pero contada con la ligereza y el sutil surrealismo que caracteriza a las historias de la autora nipona.

¿Cómo debe ser para tu vida ser de repente una página en blanco, a su edad?

Una novela muy ligera, que te envuelve en la nostalgia de Yoshie y su madre, dos personajes que cambiaron radicalmente su estilo de vida, buscando afrontar, de manera muy diferente, la pérdida de un ser querido. Una historia nostálgica, narrada con mucha soltura, lo que te llevará a olvidarte de todo y perderte por horas en las calles de Shimokitazawa, perdiendo la noción del tiempo. Moshi Moshi, de Banana Yoshimoto, es una de esos libros que te dejan pensando mucho después de leerlo; por todo esto, y más, es una excelente opción para disfrutar de unas horas de lectura.

Supongo que el cuerpo continúa viviente, incluso si el corazón muere.

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