Hay un nuevo miembro en la familia y su nombre es Bunnicula, el pequeño conejo con aspecto misterioso y unos largos colmillos llega un tétrico día a la casa que Harold el perro y Chester el gato comparten.
Bunnicula no es como ellos, no habla, y Chester con su vívida imaginación está convencido de que hay algo extraño con ese conejo (y no le sirve de nada estar leyendo novelas de Edgar Allan Poe recientemente), además todos los días aparecen verduras que han sido drenado de todo su jugo con pequeñas marcas de colmillos ¿Podrá Chester estar en lo correcto? ¿Será Bunnicula un vampiro?
La historia está contada desde el punto de vista de Harold, quién ha llevado el manuscrito a un editor y quién se decidió a publicarlo, es extremadamente divertida, yo no sabía de la existencia de este personaje hasta que me topé con una edición del cuarenta aniversario y me enamoré instantáneamente.
Definitivamente recomendado para los niños pequeños que les gusten las historias de miedo, yo lo disfruté muchísimo y ¿por qué no? Tal vez lea los siguientes y recuerden…
Beware the hare!