Me queda claro que no sabia nada de Ucrania hasta que leí esta preciosa historia. Victoria Belim nos enseña su país natal desde un punto de vista critico y certero sobre el estilo de vida, las tradiciones, la guerra y un sinfín de sin sabores que el pueblo ucraniano ha tenido que vivir durante siglos.
Si bien es cierto que Victoria nació en Ucrania, emigra a los Estados Unidos de América en su adolescencia, por lo que su conocimiento sobre la Unión Soviética es basto y nos describe un estilo de vida particular con muchas reglas que en vez de hacer que las cosas funcionaran, hacían más evidente la corrupción y la poca empatía de los lideres soviéticos.
En conjunto con la autora, iremos descubriendo muchas historias de sus familiares que vivieron en los tiempos más duros del régimen y como sin razón aparente fueron encarcelados y llevado a juicios inexistentes.
Mientras continuamos leyendo nos damos cuenta de un país con muchas tradiciones, con personas que han decidido quedarse y luchar por sus tierras, por su familia e ideales. Como persona que ha tenido que salir de su lugar de origen para vivir en otra ciudad, para el que se quedó, casi siempre, eres el extranjero y el que no sabe lo que pasa, por lo tanto, no puedes opinar al respecto y creo que eso le pasa a Victoria Belim hasta que se da cuenta que necesita aceptar la situación de su familia y las decisiones de estos con respecto a su vida en Ucrania.
Un libro hermoso con una prosa muy poderosa. Un libro que no vas a querer soltar y te adentrarás junto con Victoria Belim en la búsqueda de su familiar y cuando lo encuentren, juntos, reflexionarás sobre las circunstancias actuales de una sociedad que ha seguido luchando y esperemos que lleguen a resolverlo lo antes posible.
Un abrazo a Ucrania y a los ucranianos que se quedaron y también a los que se tuvieron que ir por culpa de un régimen violento y sin sentido.