Un ensayo que repara la herida del Padre
Por La Chica Planeta
Como mexicanos estamos acostumbrados a que la figura paterna casi siempre está rota. El “se fue por cigarrillos para no volver” es parte de la sabiduría popular que no en vano se ha transmitido de generación en generación. Abandono, olvido, desapego, ausencia aún en la presencia y muchas carencias emocionales paternas es una realidad con la que muchos hemos coincidido. La historia de Alma Delia no es única pero sí se cuenta desde la entraña de una herida que siempre la mantuvo inquieta.
Siendo esta su última novela autobiográfica, la autora nos da un recorrido en diferentes líneas del tiempo donde nos introduce a una infancia y origen en la que la pobreza, catástrofes familiares y peripecias dan paso a lo que nos caracteriza como latinoamericanos: la resiliencia.
Entender de dónde vienes pero sobre todo los hitos que van formando el pasaje de tu vida ayuda a entender por qué a los cuarenta años, ante la pregunta de si adoptar un niño es tu siguiente gran hazaña como persona, las respuestas en blanco sobre el padre vienen a la cabeza y se asientan en el día y la noche.
Con una pluma ligera que pertenece a una narrativa incluyente, la historia nos demuestra que la falta del personaje paterno y la reclamación constante por su ausencia decanta en un reconocimiento a quien se quedó, a quien con sus medios logró sacar a una familia de nueve a adelante. Este libro sana a su padre, pero reconoce la gran presencia de su madre.
Es la misma autora quien al inicio del relato menciona que ‘La ausencia también tiene datos’ pero conforme avanzas por su niñez en los barrios de Ecatepec y Santa María la Rivera, su entrada a la vida adulta godín donde el éxito implicaba sacrificar lo que más amaba, sus letras y pensamientos, acompaña el lector a la familia Murillo en su búsqueda de un padre perdido en las tierras del Narco en Michoacán.
Es complejo reseñar una historia de vida sin dejar spoiler de lo que pasa. En este caso no es la línea del tiempo narrativo lo que atrapa, sino cómo es que Alma lo vive desde su propia perspectiva. La novela aborda temas de abuso sexual, el aborto al que el patriarcado tiene derecho, el trato de quien viene de abajo y no entra dentro de los estándares corporativos, el amor de la familia, el odio a quienes se va, todo ello desde distintos personajes tan reales que conforme concluyen su historia, de a poco reparan.
La cabeza de mi padre es la tesis de graduación a años de terapia, entrega la cédula profesional con la que uno se convierte en adulto después de que un padre muere como dice Alma Delia. Es una lectura ágil pero profunda, te señala lo propio de tu historia familiar y te invita a acompañar en primera fila a presenciar como una herida de años, hermética y con bordes irregulares, de pronto se cierra.
