Liliana Blum lo vuelve a hacer, con “Cara de liebre” nos trae una historia original e interesante. Lo que más he disfrutado de su escritura es que sus historias no son las que ya conocemos, son distintas y con personajes bien estructurados que hacen que el lector sea compresivo con sus obsesiones.
Esta historia, como otras que he leído de la autora, se desarrolla en Durango de donde es originaria. Por lo regular, la narrativa de varios autores mexicanos se concentra en la Ciudad de México, que no es malo, pero sí lo mismo. Ella nos transporta a un estado en donde al igual que en cualquier otra ciudad pasan muchas cosas que ni imaginamos.
“Cara de liebre” es la historia de Irlanda, una mujer que guarda secretos importantes sobre sus relaciones de pareja y lo que ella mas quisiera en un hombre. Incomprendida, abusada y llena de cicatrices físicas y emocionales; nos adentramos a una vida en la que el amor y la comprensión hacia la protagonista no existen.
¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar por conseguir un poco de cariño? Si, tan solo un poco. Los personajes principales hacen de todo por obtenerlo. No llegan a diferenciar que están viviendo solo una noche de sexo y es tan grande su deseo de sentirse queridas que se meten en las peores situaciones. A veces el amor en todas sus formas puede llegar a ser una obsesión, sobre todo si has sufrido para obtenerlo.
Lectura ligera y sin complicaciones, con una que otra situación con la que te puedes identificar sobre todo si es que has vivido experiencias amorosas que no han salido como quieres. Un porcentaje pequeño de los solteros de este país encontrará el amor de su vida en un café o en un antro y si llegan a hacerlo durará tanto como la etapa del enamoramiento, algo que las protagonistas nunca entendieron.
La moraleja es, primero, amate a ti mismo, abraza tu cuerpo y cicatrices, lo demás llegara por añadidura.
Una especial mención para mi amigo Richie que me mando Cara de liebre un lunes por la tarde. Encontramos la amistad en un club de lectura. Gracias.