Charly era un niño común y corriente. Al igual que muchos de los niños y niñas nacidos en los años ochenta fue parcialmente criado por la televisión. Pero su amor por la Tv iba mucho más allá; un amor tan intenso, que decidió buscar formas para escapar de la escuela, caminar a su casa, entrar por la ventana y ponerse a ver la tele toda la mañana. Fue así que descubrió los programas de la Telesecundaria, emisiones en las que podía aprender todo tipo de cosas, y mucho más interesante que las que le enseñaban en la escuela.
Un día, cuando se acercaba la primera helada del año, su papá lo acompañó a la escuela. Esto se le hizo muy raro, pues llevaba caminando solo a la escuela desde que estaba en primer año. ¿Ya sabía de los escapes de Charly? Sin embargo, al llegar a la puerta de la escuela, su padre le regalaría un llavero en forma de martillo con las llaves de la casa. No solo le había regalado las llaves de la casa, sino que le había mostrado su orgullo y su confianza. Pero, para Charly esto solo sería el pretexto para escapar más seguido de la escuela y ver la programación de la Telesecundaria. Un regalo que lo llevará a tomar una serie de decisiones por las que abandonará sus estudios, y lo llevarán a tomar trabajos extintos por la tecnología, encontrar el amor y mudarse a la Ciudad de México.
El Nombre de las Constelaciones de Daniel Espartaco Sánchez, es una novela corta que cuenta la historia de Charly, un niño común y corriente, con un padre que trabajó como proyeccionista en el Cine Futurama (cácaro, si quieres insultarlo) y que después desarrolló algún gusto por la fotografía; todo, mientras vive un romance imposible con Sofía. Una historia sencilla que realmente sirve como pretexto para llevarnos en un viaje por el tiempo, recordándonos aquellos tiempos nostálgicos en los que íbamos al cine, antes de que se convirtieran en grandes complejos corporativos; o cuando íbamos a los estudios fotográficos para revelar nuestros anticuados rollos de película. Todo, mientras nos asombramos o emocionamos con las historias del joven Charly.
A través de las páginas de El Nombre de las Constelaciones, quienes nacimos o vivimos en los ochenta y noventa podemos olvidarnos de todo, mientras recordamos los buenos momentos de la infancia. Esos momentos en los que corríamos por los pasillos del cine, durante el intermedio, para subirnos a la “resbaladilla” que se encontraba justo debajo de la enorme pantalla de los cines; cuando se quemaba el rollo de la película y todo mundo gritaba (despectivamente) ¡Cácaro!; aquellas películas en blanco y negro que pasaban en Imevisión (como Las Aventuras del Capitán Marvel o Maravilla, hoy conocido como Shazam); el paso del Cometa Hale-Bopp por los cielos de México; o las decepciones que nos dábamos cuando revelábamos un rollo fotográfico y las fotos salían borrosas o todo se había velado.
El Nombre de las Constelaciones es una novela ligera, sencilla y entretenida que invita a recordar los viejos buenos tiempos. Además, la narrativa es muy sencilla y fluida, lo que te invita a leerla completa en unas cuantas sentadas. Es una historia simple, con la que, de una u otra forma muchas personas podemos identificarnos y revivir nuestra infancia y juventud. Por todo esto y más, vale la pena echarle una leída a esta novela de Daniel Espartaco Sánchez y olvidarte de todo mientras la disfrutas.