Le traía ganas a este libro desde el año pasado, cuando fue nominado en el mes de marzo con el tema “Escritoras mexicanas” en México Lector y decidí leerlo hasta el 2021. Fue una gran lectura. Lo leí en cuatro días, hacía mucho que un libro no me producía esa sensación de querer saber más y en que terminaba. Me atrapó.
Liliana Blum nos entrega un texto sumamente detallado de lo que un monstruo puede ser para una niña, una mujer y para si mismo. Se ve que la autora investigó y leyó sobre la pedofilia hasta sus entrañas, unas de las cosas mas recomendables son las citas que al comienzo de algunos capítulos te ayudan a entender la historia y sobre todo lo que nuestro protagonista quiere y logra hacer.
La historia nos muestra a Raymundo, un hombre con cierta fascinación prohibida que lo hace ser metódico, confiable y lo peor, una persona normal que pasa desapercibido y que puede hasta enamorar. Como lector, por momentos me fue difícil leer lo que para el era normal, pero conforme avanzaba me di cuenta que, Liliana lo había entendido y descrito tan bien que era difícil dejar de leerlo.
Una de las cosas que más me gusto es que está escrito con tan pocas palabras altisonantes que es una delicia, no es el típico libro, es sobre un hombre y unas protagonistas normales como tú y como yo, que en cualquier momento se pueden ver envueltos en una situación, igual o parecida, viviendo violencia en una familia de clase media.
El libro me recordó una película que me hubiera encantado ver citada, “Michael: crónica de una obsesión” del director Markus Schleinzer, una película austriaca que tuve oportunidad de ver en la Cineteca Nuevo León allá por el 2012 y que me impresiono al igual que “El monstruo pentápodo”. Ambos trabajos tienen similitudes y abordan la pedofilia desde un ambiente de normalidad que te pone los pelos de punta, o, ¿será que, los sótanos son lugares para guardar secretos? Cuando era niña, vivía en una casa con sótano, que era un lugar para jugar y leer de donde solo tengo buenos recuerdos, no puedo ni imaginar el sufrimiento que también puede haber en lugar así.
Para mí, la moraleja radica en todas las veces que una persona, sabiendo que no está en la situación correcta decide quedarse por las razones equivocadas, porque se cree que no hay más, porque se piensa que hay algo que no es y sobre todo porque muchos decidimos no entender hasta que algo realmente grave sucede y terminar esa situación se convierte en la única escapatoria, lastimando a terceras personas como en este caso y a uno mismo como el personaje central, que cuando lo lean sabrán de que hablo.
“El monstruo pentápodo” es una obra corta con una lectura muy ágil, que se disfruta muchísimo. Si el tema no te late, no lo hagas. Liliana Blum se ha convertido en una de mis escritoras favoritas, que huevos para escribir una historia tan difícil y a la vez tan necesaria.
