LA MATERNIDAD, AL SER HUMANA, SIEMPRE ES IMPERFECTA
La maternidad, al igual que el amor de pareja, es una de las etapas de vida más romantizadas por la sociedad moderna. Siempre que escuchamos que una madre está en camino de serlo, la cargamos de expectativas sobre la mitología del amor maternal y el deber ser social como si esa fuera la única forma de narrar su historia. Ashley Audrain nos enseña una cara más realista de ello.
Centrada en la historia de Blythe y Fox, una pareja común donde la idea de la familia y maternidad perfecta viene heredada por la historia de él, mientras ella sabe que sus antecedentes maternales han estado cargados por la ausencia y abandono en cuerpo y cariño, lo cual imprime dudas en todas sus decisiones, sobre sus hijos, sobre el amor de pareja mismo.
Cuando Blythe trae al mundo a Violet, es su instinto quien la mantiene en un estado de alerta constante hacia con su hija, una niña que desde el momento que respiró el aire de este mundo sabía que su destino iba a estar cargado por el odio, resentimiento y distancia hacia todo aquel o aquello que no la pusiera en el centro de la historia. Así, una serie de sucesos turbios, muertes infantiles y pérdidas familiares harán que la validez de su instinto maternal siempre esté cuestionado.
Mientras avanzas con la historia que navega entre una madre obligada a serlo, otra sin involucramiento aparente y ambas en cierta forma ausentes, la misma lectura va generando cuestionamientos sobre cómo desde fuera juzgamos las acciones de una madre desde lo que consideramos correcto, sin pensar que la madre es un ser humano con todas las dimensiones que eso conlleva y no un personaje unidimensional que mecánicamente está destinada a amar de forma incondicional.
Con un relato que navega entre 4 generaciones de mujeres, 2 tiempos pasados y un presente continuo, la autora logra sembrar la dosis perfecta de intriga y curiosidad por las confesiones de realidad que la narrativa va entretejiendo. Quieres encontrar la verdad, el misterio detrás de la psique de las madres que su veracidad se pone en duda por el contexto que las rodea, el dolor que ser madre en sí mismo provoca.
Ashley Audrain nos hace reflexionar sobre la imperfección de las familias, los hijos sin bondad por naturaleza y no por crianza, la estigmatización y desvalorización que viene de nuestra pareja, la locura que siempre acompaña la búsqueda de la verdad, el abandono, el creerte fuera de tu propia realidad por lo que otros esperan que seas. Es un libro que te abre los ojos desde muchas perspectivas.
Bien dice la autora que ‘A una madre se le parte el corazón un millón de veces en la vida, y cada vez de forma diferente’, y al lector, con esa ruptura, la forma en la que concibe a las madres se fragmenta en una óptica más sincera, más cruda, menos fantasiosa, menos muda.
Todo aquel con una madre debería adentrarse al menos una vez en una lectura como esta.
La Chica Planeta