En 1900, la población mundial era de 1,700 millones de personas dispersas en los cinco continentes. Para 1950 este número había crecido a 2,600 millones; en otras palabras, la población había crecido en 68.3% en solo cincuenta años. Y, para la década de los sesenta, el mundo ya era habitado por más de 3,000 millones de humanos. Gracias al avance de las ciencias médicas, que nos permiten vivir cada más y más años que antes la tasa de crecimiento poblacional ha crecido exponencialmente desde la primera mitad del siglo XX. Con ese crecimiento, y con la manera en la que esta sociedad se está acostumbrando a vivir, los recursos naturales se verán cada vez más reducidos.
Andy se abrió paso a través del último de ellos y, al llegar a la acera, tuvo que saltar por encima de la pierna de un viejo tendido allí. Parecía muerto, no dormido, sin que a nadie le importara la diferencia. – ¡Hagan sito! ¡Hagan sitio! (Harry Harrison)
Imagínate un futuro-pasado distópico. El año es 1999, el mundo ya es habitado por más de 7,000 millones de personas y en la Ciudad de Nueva York ya viven más de 35 millones de seres humanos. El petróleo escasea y ya no se puede quemar este recurso (literalmente) produciendo gasolina. Muchos lotes de la ciudad se han convertido en cementerios de automóviles. Los edificios abundan, pero todos los departamentos de 20 metros cuadrados han sido ocupados. Sobre el río Hudson se han improvisado viviendas dentro de barcos prácticamente encallados en la suciedad que abunda en las orillas. Un gran número de gente vive en las calles, o dentro de los autos abandonados en los cementerios.
En Klein’s había una de esas ventas relámpago, ya sabes, ponen súbitamente anuncios en los escaparates y venden algún artículo que desaparece en un santiamén, lo han hecho antes sin que surgieran problemas. Sólo que esta vez tenían una partida de filetes de carne sintética.- ¡Hagan sito! ¡Hagan sitio! (Harry Harrison)
Pero el petróleo no es lo único que escasea. El alimento es cada vez más escaso. Cada vez es más difícil producir carne, por lo que los precios de las proteínas animales son cada vez más altos; un lujo que solo pueden darse los grandes políticos y empresarios. Mientras tanto, la población general debe conformarse comiendo galletas y filetes de soya (estos últimos ya son un lujo) y proteína en polvo, hecha con caracoles molidos. El agua se está agotando y el gobierno debe de racionarla cada vez más. El mundo está sufriendo y su población está pagando la factura del sobre-consumo y la sobrepoblación.
Empezaba a babear, y tuvo que escupir el exceso de saliva. Filetes de carne sintética (la gente les daba ese nombre, pero en realidad eran una especie de tortas de harina de soja y de lentejas), una caja llena, planos, de color oscuro y grandes en su mano. – ¡Hagan sito! ¡Hagan sitio! (Harry Harrison)
En esa ciudad de Nueva York el delito está a la orden del día. Y, a pesar de que se perpetúan más de diez asesinatos al día, la policía se ve forzada a ignorar todos los casos por falta de personal. Sin embargo, el asesinato de Mike O’Brien no pasaría desapercibido. El occiso resultó ser un influyente criminal, con un sinfín de vínculos con la esfera del poder; pero, más allá de sus amistades, su asesinato pudo estar relacionado con la llegada de Nick Cuore, uno de los gánsteres más temidos del país.
Era difícil conseguir dinero en efectivo, y el dinero en efectivo era lo único que contaba. En su casa nunca lo veían. Las tarjetas de racionamiento de la Beneficencia lo proporcionaban todo, todo lo que le mantenía a uno con vida… aunque sólo con la vida suficiente como para odiarlas.- ¡Hagan sito! ¡Hagan sitio! (Harry Harrison)
Es así que, el departamento de policías de NY decide asignarle al detective Andy Thorn. En su investigación, Andy no solo irá tras las pistas del asesinato del mafioso O’Brien, sino que se involucrará sentimentalmente con una testigo clave y nos dejará conocer ese posible futuro al que llegaremos cuando el destino nos alcance.
Mike se ponía furioso si la veía con magulladuras, aunque nunca parecía pensar en ello cuando la estaba lastimando.- ¡Hagan sito! ¡Hagan sitio! (Harry Harrison)
¡Hagan sito! ¡Hagan sitio! es una novela distópica, escrita por Harry Harrison, en 1966, en la que el autor imagina un aterrador (y muy posible) futuro, en el que la humanidad estará condenada a sufrir el desabasto ocasionado por la sobrepoblación. Un libro impactante y muy crudo, que te muestra la realidad, de la mano de una historia ágil e interesante, misma que hacen que el libro sea interesante y se lea rápidamente. Además, nos permite adentrarnos en (lo que a mi me gusta llamar) el Futuro Perfecto, refiriéndome al futuro que imaginaban en el pasado… con la diferencia de que, en este caso, ese futuro sigue siendo un posible desenlace para la humanidad.
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Por cierto, debes saber que ¡Hagan sito! ¡Hagan sitio! fue la novela que inspiró la película de Cuando el Destino nos Alcance (Soylent Green), la cinta estelarizada por Charlton Heston, que habla sobre un futuro distópico en el que la sobrepoblación acabó con los recursos naturales, y nos obligó a recurrir al canibalismo, comiendo galletas de Soylent Verde (Soylent Green), mismas que están hechas con restos humanos.
También, vale la pena mencionar que, este libro está disponible en inglés en versión para Kindle, física y audiolibro en Amazon (lo encuentras como Make Room! Make Room!), o puedes encontrarlo en español en la página de la Secretaría de Educación de Tamaulipas, en el siguiente link: http://bibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/descargas/bae44865e_hagansitiohagansitio.pdf