Hace trece años, en el mes de octubre, el hombre Jack entró a la casa de la familia Dorian y, con un cuchillo muy afilado, cortó la garganta, nadie sabe realmente por qué, de Ronald Dorian, de su esposa Carlotta y de su hija Misty, de siete años. El hombre Jack planeaba asesinar a toda la familia Dorian, sin embargo, a pesar de haber sido muy sigiloso, la casualidad evitó que pudiera asesinar al hijo pequeño. Esa noche, motivado por la curiosidad, el bebé de año y medio escapó de su cuna, bajó las escaleras y, sin darse cuenta, salió por la puerta principal, misma que el hombre Jack había dejado abierta, y caminó hasta meterse al viejo cementerio que se encontraba frente a la casa.
Había una mano en la oscuridad, y sostenía un puñal. El mango del puñal era de brillante hueso negro, y la hoja más afilada y precisa que una navaja de afeitar. Si te cortara, probablemente ni te enterarías, no de inmediato.
Entre las 10,000 almas que descansaban en aquel camposanto, mismo que fue declarado reserva natural, fue la señora Owens quien encontró al bebé y, junto a su esposo, decidió adoptarlo, con ayuda de los demás fantasmas y un vampiro llamado Silas. Con el paso de los años, Nadie Owens, Nad para los amigos (al no conocer su nombre decidieron llamarlo Nadie), fue creciendo y los fantasmas del cementerio fueron educándolo en todas las materias conocidas por ellos. Pero, a pesar de los años transcurridos, el aterrador hombre Jack no dejó de buscar al pequeño bebé que se le escapó aquella noche de octubre y hará todo lo posible para encontrarlo y terminar su trabajo.
Normalmente, un cementerio no es una democracia, aunque, por otro lado, no hay nada más democrático que la muerte, así que todos los muertos tenían derecho a hablar y a decir si estaban a favor o en contra de permitir que el niño se quedara a vivir allí. Y aquella noche, por lo visto, todos estaban decididos a ejercer su derecho.
El Libro del Cementerio (The Graveyard Book) es una novela juvenil de fantasía, con el toque obscuro de Neil Gaiman (American Gods, Coraline, El Océano al Final del Camino); una historia llena de misterio y aventura, en la que podemos divertirnos con las aventuras que vive el joven Nad Owens con los fantasmas, brujas, vampiros, mujeres lobo y demonios necrófagos (ghouls) que rondan el cementerio. Una novela entretenida, en la que chicos y grandes pueden divertirse y aterrarse con los misterios que rodean a Nad, y la extraña muerte de su familia.
En todos los cementerios hay una tumba que pertenece a los ghouls. Sólo hay que darse una vuelta por cualquiera de ellos para encontrarla; cubierta de musgo y manchas de humedad, con la lápida rota, rodeada de abrojos y hierbas pestilentes, una profunda desolación se apodera de ti cuando te encuentras frente a ella. La lápida suele ser más fría que las de las otras tumbas y, por lo general, el nombre allí grabado resulta completamente ilegible.
Margaret Atwood, autora de El Cuento de la Criada, describe El Libro del Cementerio como un Bildungsroman (novela de aprendizaje, género literario que retrata la transición de la niñez a la vida adulta) con una inusual colección de tutores y poderes sobrenaturales otorgados por los muertos que viven en el panteón. Un libro, inspirado en El Libro de la Selva (de Rudyard Kipling), lleno de aventuras, fantasía, terror y misterio, una lectura que te atrapa desde el primer capítulo, llevándose a adentrarse en el misterio del hombre Jack y el desarrollo personal de Nadie. Un libro divertido, que invita a chicos y grandes a pasar horas y horas de aventuras y enredos dignos de los no muertos.
Había una bruja enterrada en el límite del cementerio; todo el mundo lo sabía. La señora Owens siempre le advertía a Nad de que no debía acercarse por allí bajo ningún concepto.
P.D. También hay una novela gráfica con la misma historia, por si quieres vivir la historia de otra manera.