Es la típica historia de amor… Ella, buscando superar la enfermedad y muerte de su madre, pasa sus días viendo a través de la ventana. De pronto, descubre que, en el departamento de enfrente, él también pasa sus tardes mirando por la ventana. Se reconocen, pero nunca se hablan, pues la distancia entre ventanas lo hace prácticamente imposible, pero sienten cierta paz, sabiendo que alguien los cuidan desde el otro lado de la calle. Un día, por casualidad se encuentran en la calle. Pasaron de aquél distante saludo a una conversación real. Ella lo invita a comer. Platican sobre la vida y la muerte. Sin darse cuenta, terminan viviendo prácticamente en el mismo departamento, pasando las noches siempre juntos.
Cuando estás en el fondo del abismo, encuentras en él un consuelo especial que no se halla en ninguna otra parte.
Desde el inicio de la relación, Chihiro (ella) descubre que Nakajima (él) tiene ha sufrido mucho a lo largo de su vida. Un sufrimiento que lo ha llevado a no poder disfrutar de la vida, encerrándolo en un mundo de estudio y soledad. Un sufrimiento tan profundo, que después de varios años, sigue sin poder hablar al respecto. Después de visitar a dos amigos de Nakajima, quienes viven en un poblado retirado, en una vieja casona junto al lago, Chihiro empezará a armar las piezas de la vida de Nakajima, adentrándola en las entrañas de la infame secta Aum Shinrikyo (Verdad Suprema), autora de los atentados con gas sarín en el metro de Tokio en 1995. Una típica historia de amor, en la que, dos jóvenes atormentados, buscan superar su pasado, para poder afrontar un futuro esperanzador.
Un sentimiento puro y claro que jamás habrían entendido aquellos que se esforzaban denodadamente en dar forma a la vida cuando la vida no tiene forma alguna.
El Lago, de Banana Yoshimoto, es una novela nostálgica, que te adentra en la relación de dos personas que han sufrido, de maneras muy diferentes, a lo largo de su vida. Personas que buscan a alguien que les ayude a superar su pasado, para poder disfrutar del presente; todo, mientras te introduce en un mundo emotivo y misterioso. Es una novela sencilla, que te adentra en la tristeza de sus personajes desde las primeras páginas, y, poco a poco, va introduciéndote en un mundo misterioso, lleno de magia y terror. Un recorrido literario, que te mantiene al borde de la silla, hasta que descubres que devoraste la historia, sin poder soltarla.
Escuchar las desgracias de la gente es como aceptar dinero. Las cosas jamás acaban ahí. Porque debes asumir la responsabilidad de haber oído lo que has oído.
Además de la nostalgia, un detalle que resalta de todos los libros de Banana Yoshimoto es la narrativa que maneja; una narrativa sencilla, pero poética, por lo que sabe transmitir los sentimientos de la historia, y te invita a leer de manera fluida. Por todo esto, y más, vale la pena darle una oportunidad a El Lago, o a cualquier otro libro de Banana Yoshimoto, para disfrutar de una tarde llena de belleza, tanto en la narrativa, como en la historia.
Tal vez fuera imposible, pero no es malo abrigar una tenue esperanza. Y nadie podría decir que con el calor tibio de aquella esperanza no pudieran calentarse unas manos y unos pies helados.